La apertura de cosecha de arroz realizada hace dos días en Perugorría fue una oportunidad para el encuentro de productores, industriales y exportadores del principal cultivo de la provincia y del sector que se dedica a producir el 65% de las exportaciones que parten de la provincia hacia el exterior.
La
jornada realizada en la estancia San Carlos, en Paraje
Palmitas, contempló un programa en el que se introdujeron,
como en años anteriores, una serie de charlas técnicas y
disertaciones de interés para quienes se dedican a la
actividad.
Entre los oradores, se destacó la
disertación del brasileño Luciano Carmona, quien se dirigió
al auditorio en un “portuñol” más que claro, con palabras
sencillas y con una actitud motivadora que dejó mucho para
reflexionar y la intención de encarar los desafíos que
plantea la coyuntura complicada que se avecina para quienes
se dedican al cultivo.
A la hora de analizar los
desafíos tecnológicos que aparecen para el sector en esta
parte del mundo, el especialista del FLAR remarcó
positivamente la potencialidad de los campos correntinos
para alcanzar mejores rindes, y calificó al producto
provincial como “el más sano del mundo”. Carmona es quien
introdujo en esta región el sistema productivo para el arroz
conocido como MARA, un programa que busca mejorar los
rendimientos del cultivo a través de la aplicación de
tecnología del conocimiento.
En su exposición,
Carmona recordó que el rendimiento actual promedio por
hectárea cultivada en esta parte de Latinoamerica ronda
las 6.6 toneladas por hectárea. En base a los estudios y
ensayos practicados y que ya se vienen desarrollando desde
hace varios años en campos correntinos, el potencial real es
de 9.2 toneladas por hectárea, en tanto que el máximo
potencial se ubicaría en las 11.5 toneladas por hectárea.
“Hay
una diferencia de al menos 2.6 toneladas por hectárea en el
campo, es decir unos 600 dólares, que se quedan en el campo por
deficiencias en el manejo”, resumió el especialista. “Es un
dinero que se deja de ganar sólo por ineficiencia en los
procesos de producción”, insistió.
Sin embargo, aunque
reconoció que el aprendizaje y la implementación de esos
manejos “es un proceso lento”, se centró en detallar en qué
consisten los desafíos que se deberían plantear los
productores correntinos para acercar estas brechas.
“Incorporar
variedades de ciclo completo, mejorar la respuesta a
nitrógeno, elegir aquellas con alto vigor inicial, con
resistencia a las piry y al retraso en las cosechas (esto es lo
más importante, porque hace perder mucha plata a los
productores), aliar la productividad con la calidad, y evaluar
la rotación de arroz con soja u otros cultivos, pero sobre
todo: invertir en programas específicos de transferencia de
tecnología”, fueron los consejos aportados por Carmona.
“Esta
zona tiene mejores suelos que Brasil, existen variedades de
arroz con alto potencial, y tiene un fuerte acceso al agua. Sin
embargo, el buen manejo se aplica en el 50% de los campos,
mientras que en Brasil se lo aplica en el 70%”, comparó.
A
la hora de rescatar las fortalezas productivas de esta región
arrocera, Carmona aseguró que “el arroz correntino se
destaca por su calidad, tiene una muy baja intensidad de uso de
agroquímicos, y eso lo convierte en el arroz más sano del mundo.
Las mejoras agropecuarias lograrían un salto diferencial
para competir en el mercado para aquellos que buscan calidad”,
sostuvo en su exposición, en tanto recordó la potencialidad
de expansión en base a la disponibilidad de tierras
irrigadas que posee nuestra provincia en un contexto
internacional.
CdR