Anoche otra alarma de los bomberos convulsionó la tranquilidad de los vecinos, cuando cerca de la una sonó la sirena llamando a los voluntarios que por estos días, están trabajando a destajo.
Esta vez el edificio siniestrado fue el antiguo prostíbulo de calle Libertador 1740 que está deshabitado y abandonado desde hace varios años. De acuerdo a lo que pudimos observar el incendio se habría producido por un desperfecto eléctrico en las instalaciones internas del local que luego se propagó por un mostrador tapizado en cuerina y rápidamente tomó combustión.
Es cierto que la precariedad de las instalaciones del edificio en cuestión, estaban en muy malas condiciones dado que los cables no tenían el diámetro ideal para abastecer toda la demanda, pero también puede decirse que el lugar está abandonado y prácticamente no hay consumo eléctrico que sobrecargue las líneas.
Por el mal estado de los cable podría presumirse que el fuego se inició por un corto circuito y luego tomó parte de los muebles y cielo raso de la vieja casa de citas.
Lo que preocupa a la población, es la reiteración de este tipo de eventos y la proximidad entre uno y otro. Comenzó el domingo cerca de las 9 de la mañana con la gráfica Gutenberg, donde el fuego consumió todo lo que se le puso por delante, a pesar del esfuerzo realizado por los bomberos voluntarios que trabajaron denodadamente para aplacar el foco ígneo.
Ese mismo día, a tan solo seis cuadras del primero, se inició otro foco en una carnicería ubicada en Córdoba y Mendieta. El hecho se produjo alrededor de las 15,30, cuando aún humeaban los restos de la gráfica donde los bomberos trabajaron más de cuatro horas para apagarlo.
De acuerdo con algunos trascendidos aportados por las víctimas de los siniestros, los peritos deslizaron la probabilidad de que en los hechos de la gráfica y la carnicería el inconveniente pudo deberse al flujo eléctrico que ocacionalmente baja su intensidad y luego sube bruscamente.
Lo concreto es que hasta ahora las pérdidas materiales son millonarias, teniendo en cuenta los valores de las maquinarias destruidas en los locales siniestrados, el costo que demandará reacondicionar los edificios y también el lucro cesante de las empresas en desgracia.
Ya no falta quien direccione la responsabilidad hacia la prestadora del servicio eléctrico Dpec, muy cuestionada en los últimos meses por la precariedad del servicio suministrado en nuestra localidad y en la provincia en general, sobre todo en temporada estival donde los cortes de energía fueron moneda corriente y las quejas de los usuarios llegaron hasta el cielo, porque se les quemaban los electrodomésticos e hizo bajar a las autoridades provinciales de la prestadora para que expliquen las razones de las falencias en el servicio.