A pocos días de haber asumido el ejecutivo municipal, Miguel Olivieri reconoce que hay inconvenientes para realizar los pagos a los proveedores del municipio que devienen de la gestión anterior.
El actual mandatario, manifestó que surgieron algunos "problemitas" para hacer frente a los compromisos económicos que tiene el municipio con los proveedores municipales que prestaron servicios durante la gestión de Galantini, dado que están realizando algunos análisis y auditorías, por lo que salió a pedirles un poco de paciencia hasta que puedan arreglar dichos inconvenientes.
También, manifestó que otro tema a solucionar tiene que ver con el personal municipal, que entiende podrá resolver para el mes de marzo o abril de 2014.
Cabe acotar que el 10 de diciembre último, en la entrega del mandato, Galantini dijo que la deuda flotante municipal ascendía a unos trescientos mil pesos aproximadamente, producto de compromisos que aún no habían vencido y además, que el efectivo de caja municipal al cierre de ese mismo día era de unos sesenta y siete mil pesos.
El otro problema que debe resolver Olivieri es, el del personal municipal, ya sea contratado o de planta permanente. Aquí la cuestión no parece ser tan sencilla porque deberá meter mano a una cuestión que es sumamente sensible a la opinión pública y que acarrea para sí un costo político que indefectiblemente va a repercutir en el seno de su gobierno.
En los últimos meses de la gestión de Galantini, se procuró nombrar personal en planta permanente a una cantidad importante de trabajadores municipales, que venían con contratos desde hace varios años; esto es lo que ahora debe resolver Olivieri, porque obviamente su gente quiere ingresar a trabajar también al municipio y todo indica que no hay presupuesto para todos.
Mientras tanto en el concejo deliberante se negocia la posibilidad de ampliar el organigrama municipal creando los nuevos espacios que contengan a los nuevos funcionarios. La situación es bien compleja para el nuevo intendente a sabiendas que todavía permanece en el colectivo imaginario la nefasta administración realizada por su correligionario Eduardo Cornaló.