El periodista reflexionó sobre el Mundial Brasil 2014 y sobre la sanción de la FIFA a Luis Suárez: ¿Será peor el mordiscón de Suárez o la mordida de los que toman los derechos de televisión de un escritorio de la FIFA y los hacen correr por algunos países generando negocios multimillonarios, sino para sí mismos, para los que les interese a ellos?”, escribió.
Víctor Hugo Morales, en su columna en El Gráfico, reflexionó sobre la
sanción que la FIFA decidió correcta para Luis Suárez. Si bien destacó
que resulta difícil entender el comportamiento del delantero, cuestionó
la medida tomada: “Un hombre que le dio tanta felicidad al Uruguay, que
recuperó el orgullo y la alegría de tres millones y ahora se vuelve en
el viaje más triste de su vida deportiva, expulsado como un indeseable
por los verdaderos indeseables del fútbol que son los integrantes de la
FIFA. La sanción parecía inevitable, pero la dureza del castigo es
intolerable”.
Además, planteó algunos interrogantes sobre la institución: “¿De
dónde toma autoridad para una sanción de semejante crueldad que
convierte a un futbolista en un delincuente al que le tiran con todos
los códigos? ¿Será peor el mordiscón de Suárez o la mordida de los que
toman los derechos de televisión de un escritorio de la FIFA y los hacen
correr por algunos países generando negocios multimillonarios, sino
para sí mismos, para los que les interese a ellos?”.
Con un repaso sobre la trayectoria del futbolista uruguayo, planteó
si la decisión de dejar de suspenderlo por nueve partidos y cuatro meses
de cualquier actividad deportiva, más el pago de una multa de 100 mil
francos suizos. “Si a Suárez lo convierten en un leproso que no puede
juntarse con el mundo que mejor conoce que es el del fútbol en el que
está metido desde que era un niño crecido en múltiples desventajas
sociales, que llegó a Nacional de Montevideo con sólo 12 años a ese
mundo de pensiones y soledades tan difíciles de sobrellevar, ¿cuál sería
el castigo, sino Siberia, para más de uno de los que lo ha juzgado con
la dureza de inquisidores inesperados?”.
“Un hombre que le dio tanta felicidad al Uruguay, que recuperó el
orgullo y la alegría de tres millones y ahora se vuelve en el viaje más
triste de su vida deportiva, expulsado como un indeseable por los
verdaderos indeseables del fútbol que son los integrantes de la FIFA".
El interrogante que abrió el periodista es si la medida de la FIFA
“lleva en el vientre una reconvención, una advertencia y un castigo
también para ese fútbol uruguayo que hace punta en la discusión con la
Sudamericana para que los dineros sean más justamente repartidos, y la
recaudación sea mucho mayor que ahora si se aceptan, o se licitan,
ofertas mucho más significativas que las actuales que paga una
invencible asociación de Traffic de Brasil y Torneos de la Argentina”.
En cuanto al futuro desempeño de la selección uruguaya en el Mundial
de Brasil, Victor Hugo planteó una mirada esperanzadora y aseguró que el
equipo no está vecido de antemano: “Uruguay no ganó sólo por Suárez
estos partidos cruciales que disputó la última semana gloriosa para el
fútbol charrúa. Uruguay mejoró sensiblemente como equipo, en su
mentalidad, en su táctica, adelantándose en pos de lo que por dos veces
era la última ilusión”.
También escribió sobre la cobertura que hicieron los medios sobre
esta disposición: “El opositor diario O Globo, un Clarín cotidiano
contra el gobierno progresista de Dilma, este jueves titula uno de sus
suplementos con el elogio más amplio a la fiesta del Mundial. ¡Cómo son!
¡Qué fieros! Cuánto de implacables, como dice Lula. Impiadosos con su
gobierno y un malestar profundo con la verdad, dieron al mundo las
pérfidas imágenes de los días previos al Campeonato del Mundo, en las
cuales hicieron foco sobre los enfrentamientos con sectores antimundial
que no tenían peso numérico para arruinar la fiesta en ciernes”.
“En la Argentina, hicieron globos de ensayo en los templos de la
malignidad informativa que asola los medios dominantes, así en este
país, como en el resto de la América inclusive. Ahora simplemente se
callan y venden fiesta. Hace unos meses en el programa Bajada de Línea,
este cronista presentó a O’Globo, a través del mismo comentarista, uno
de los que venden su alma al diablo y hacen del cinismo y el caradurismo
su forma de comunicación en dos versiones del mismo tema de las
protestas.
Un día fueron críticos de los manifestantes porque vieron
pueblo y eso apesta para ellos. Pero al día siguiente al ver que el
asunto esmerilaba a Dilma, jugaron a favor de la gente, dándole ínfulas y
argumentos a los mismos que 24 horas antes habían denostado. En fin, un
Mundial que quedará en la historia por lo bueno. Y no por los malos.
Los de O’Globo y los que en el mundo son iguales”, finalizó el
periodista su cobertura desde Río de Janeiro.