La Revolución Bolivariana no se detuvo con la muerte de Hugo Chávez, por eso la
oposición interna y externa trabaja para "crear las condiciones para un
golpe institucional" contra el gobierno de Nicolás Maduro, como el que
derrocó en Paraguay a Fernando Lugo, afirmó el periodista y comunicador Ignacio Ramonet.
Sostuvo que esa estrategia es igual a la que precedió al golpe militar contra Salvador Allende en Chile, "de quien decían que era incompetente para gobernar, lo mismo que dicen ahora de Maduro, que las cosas no funcionan en Venezuela".
"Tras la llegada al poder de Chávez en 1999 hubo una serie de gobiernos neoprogresistas, en Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia, Ecuador. Ninguno de esos gobiernos, que llegaron al poder hace 15 años, ha perdido una elección decisiva", enfatizó.
Agregó que entre noviembre y febrero hay elecciones presidenciales en Chile, Honduras y El Salvador, y "todos los sondeos indican que quienes van a ganar son candidatos que representan esa línea" neoprogresista.
Excluyó los recientes comicios legislativos en Argentina, por no considerarlos decisivos, y concluyó que "el péndulo no está yendo hacia el otro lado (la derecha), sino al contrario".
A juicio del periodista, tampoco hay oposiciones políticas importantes en la región, ya que los partidos que adversan a los gobiernos neoprogresistas "son inconsistentes".
La verdadera oposición, aseguró, la ejercen "los medios de comunicación monopólicos" de América Latina, que "están aliados a la oligarquía dominante que ha explotado y dominado a casi todos estos países durante mucho tiempo".
Sin embargo, reconoció que la constitución de la "Alianza del Pacífico es una de las pruebas de que la dinámica integradora no funciona tan bien como antes".
"La ausencia de Chávez se nota", agregó, por contraposición al rol decisivo que jugó en rechazar el ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) en 2005 junto a Néstor Kirchner y Luiz Inácio Lula da Silva.